Estudiar el cambio climático requiere analizar, sistematizar y manejar grandes cantidades de información altamente compleja, a partir de la cual, por ejemplo, se calculan proyecciones y modelan diferentes escenarios, lo que está llevando a científicos y expertos a aprender sobre la ciencia de datos y sus aplicaciones, como lo son el Big Data y el Data Analytics, para evaluar y diseñar políticas para la mitigación del calentamiento global.
Esta tecnología tiene un sinnúmero de aplicaciones tanto en áreas como energía, agrícola, forestal, infraestructura y planeación urbana y desastres naturales, entre otras. Específicamente para su uso en el cambio climático, destacan su utilización para evaluar impactos físicos por medio de imágenes satelitales y el modelamiento de escenarios, lo cual sirve para proyectar y evaluar diferentes medidas de mitigación y adaptación.
En Chile el Proyecto Global Carbon Market (GCM), impulsado por la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH y el Ministerio de Ministerio Federal de Medio Ambiente, Protección de la Naturaleza y Seguridad Nuclear de Alemania (BMU), está explorando las diversas aplicaciones que tiene el uso de datos para la reducción de emisiones de CO2, lo cual se realiza en conjunto con otros proyectos de la GIZ en Latinoamérica con representantes de México, Colombia y Costa Rica.
Constanza Montes, asesora técnica del Proyecto GCM en Chile, explica que “empleando tecnologías como Big Data y Data Analytics, es posible conocer tendencias, hacer seguimiento de la efectividad, evidenciar impactos y beneficios, informar sobre riesgos y oportunidades; hacer análisis descriptivos, predictivos, prescriptivos o discursivos con datos duros, lo que es indispensable para una planeación y toma de decisiones de actores de los sectores público, privado, sociedad civil, e incluso, instituciones de cooperación para el desarrollo”.
La idea de este proyecto es que todos puedan pensar en formas de obtener información veraz y continua para la planeación, seguimiento y evaluación de acciones y políticas de mitigación, utilizando los recursos que tenemos a nuestra disposición para ser más eficientes y más sustentables.